Un compuesto producido por hongos podría estar relacionado con el Párkinson.

Investigadores de las universidades de Rutgers y Emory han descubierto que un compuesto orgánico volátil emitido por algunos hongos provoca la muerte de las neuronas productoras de dopamina y causa síntomas semejantes a la enfermedad de Párkinson en moscas de la fruta. El compuesto podría estar asociado con esta y otras patologías neurodegenerativas en seres humanos.
La historia de este hallazgo fortuito comienza en 2005, cuando Joan Bennett daba clases en la Universidad de Tulane, en Nueva Orleans, una de las ciudades más castigadas por el Katrina. A consecuencia de las inundaciones su casa se convirtió en un auténtico "campo de cultivo" para hongos y mohos. Antes de combatirlos, su mentalidad científica llevó a Bennett a tomar muestras para analizarlos. Así que esta profesora de biología y patología vegetal se puso manos a la obra pertrechada con una máscara, guantes y el correspondiente equipo de protección para los ojos y empezó a recolectar todo cuanto crecía por las paredes de su casa.
Sin embargo, a pesar de todas las medidas de protección, la doctora notó dolores de cabeza, mareos y naúseas. Bennett pensó inmediatamente en el síndrome del edificio enfermo, aunque hasta ese momento ella no pensaba que fuera posible inhalar una cantidad suficiente de esporas para enfermar.
Cuando se traslado a la Universidad de Rutgers (Nueva Jersey) Bennett quiso estudiar la conexión entre hongos y los síntomas que ella había experimentado. Allí encontro al investigador mosca de la fruta como modelo genético para su investigación.
Arati Inamdar, de la escuela de Medio Ambiente y Ciencias Biologícas de esa universidad, que convenció a Bennett de la necesidad de utilizar a la
Inamdar y Bennett pasaron un año aproximadamente un año investigando varios compuestos liberados por los hongos, tratando de entender exactamente cómo funcionaban.
En 2010, encontraron el 1-octeno-3-ol, un compuesto orgánico volátil, que se desprende de líquidos o sólidos . Cuando olemos algo, agradable o no, estamos expuestos a los compuestos orgánicos volátiles que conducen ese aroma. Joan Bennett recordó que los olores en su casa inundada de Nueva Orleans eran horribles. Y este compuesto que acababan de seleccionar, conocido también como alcohol de las setas, empieza a detectarse cuando su concentración  en el aire es de 1 parte por millón(ppm).
Al aplicar el 1-octeno-3-ol a las moscas de la fruta, los científicos descubrieron que atacaban a dos genes relacionados con la dopamina, un neurotransmisor involucrado en el movimiento entre otras funciones, cuya producción disminuye paulatinamente en las personas con enfermedad de Parkinson. Asi lograron establecer la conexión entre ese compuesto y la degeneración de dos genes específicos involucrados en el transporte de la dopamina.
"Estudios epidemiológicos recientes indican que las personas expuestas a edificios dañados por el agua o mohosos han desarrollado problemas neuropsicológicos y trastornos de movimiento" señala Inamdar.
"Otros estudios indican que la enfermedad de Parkinson está aumentado en las zonas rurales", debido al uso de pesticidas . Pero los entornos rurales también son ricos en mohos y otros hongos. Por lo tanto el 1-octeno-3-ol tiene relación con esta enfermedad.

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